La resonancia con T1 se utiliza en el diagnóstico de enfermedades de corazón y detecta también células cancerígenas de neuroblastoma
Para que fuera tenida en cuenta como prueba diagnóstica en enfermos de neuroblastoma tendría que demostrar la misma eficacia y precisión que las técnicas actuales
Los científicos del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres han estudiado la utilización de la técnica de imágenes por resonancia denominada mapeo T1 para valorar la extensión de las células neuroblastoma en niños. Esta técnica, estudiada de momento en ratones, podría ofrecer conocimiento sobre la biología del neuroblastoma y proporcionar un diagnóstico preciso que permita dirigir el tratamiento.
¿Qué es la resonancia con T1?
Las exploraciones de mapeo T1 miden cómo las moléculas de agua interactúan a nivel microscópico dentro de las células para comprender la composición celular del tejido, y se utilizan en las enfermedades cardíacas para evaluar el daño al tejido del músculo cardíaco.
¿Cuál es su aplicación en el neuroblastoma?
Los científicos del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres han demostrado que la técnica de escaneo no invasiva tiene el potencial de detectar tumores en niños con formas de alto riesgo de neuroblastoma.
De momento los resultados han sido probados en ratones.
Los investigadores descubrieron que las regiones con altos valores de T1 – donde las moléculas de agua pueden comportarse “más libremente” – correspondían a puntos calientes de células cancerosas más agresivas, que se propagan y crecen más rápidamente. Por el contrario, las áreas con valores bajos de T1 correspondían a tejido más benigno o muerto, con menor actividad de las moléculas de agua.
Los investigadores afirman que las células cancerosas agresivas tienen altos valores de T1 porque tienden a ser pequeñas, pero tienen grandes núcleos – los centros de control dentro de cada célula que contiene nuestro ADN, cerca de los cuales el agua puede comportarse “más libremente”.
Estudio pre y post tratamiento
Al tratar los tumores con dos drogas dirigidas a tumores con amplificación del oncogen nmyc, se observó una disminución de las medidas T1, que refleja la muerte de las células cancerosas. Esto indica que las medidas T1 podrían utilizarse como un biomarcador – un indicador medible que puede guiar el tratamiento indicando si un fármaco está funcionando o no.
Evaluando la composición celular de los tumores con resonancias magnéticas T1, los clínicos podrían obtener una comprensión exacta del estadio y la agresividad de la enfermedad en niños con neuroblastoma.
¿Cuál es el fututo de esta técnica?
El siguiente paso será la evaluación de esta técnica en un ensayo clínico con niños, un paso fundamental para poder valorar si la técnica de diagnóstico podría sustituir o apoyar a las realizadas actualmente con la técnica de MIBG.
Hemos consultado con la doctora Julia Balaguer, oncopediatra del Hospital La Fe de Valencia que nos ha aclarado algunos puntos sobre la situación actual de estos estudios y su proyección futura:
- Para que se consolidara como alternativa a las pruebas de diagnóstico actuales, la resonancia magnética con T1 tendría que demostrar ser superior o al menos igual de sensible que las actuales técnicas, y también igual de específica. Debe demostrar igual o superior eficacia en la detección del tumor y no detectar falsos positivos.
- Esta resonancia aplicada al diagnóstico del neuroblastoma podría aportar parámetros dinámicos que ayuden a conocer la naturaleza de la lesión y complementen las técnicas actuales.
- La resonancia magnética como prueba diagnóstica parece menos invasiva que las actuales con MIBG al no administrarse el isótopo 123 I. Precisamente este isótopo es el que hace que las pruebas de detección actuales sean muy específicas. Sin embargo, en el caso de los niños, la resonancia magnética implica en numerosas ocasiones la sedación del paciente, y en todos los casos la administración de un contraste.
- Los resultados del estudio científico apuntan a una aplicación como prueba diagnóstica, no como diana terapéutica. En cualquier caso la técnica con T1 tendría que demostrar mayor eficacia que las técnicas actuales para llegar a sustituirla.
En este link se puede ver el artículo publicado en Cancer Research.
Fotos:
Corazón; Robina Weermeijer on Unsplash
Investigador: Olga Guryanova on Unsplash