Alejandro, de cuatro años, fue diagnosticado a tiempo y pasó por dos cirugías
Cuando va al hospital a las revisiones, está convencido de que le inyectan superpoderes
El diagnóstico
Hoy os presentamos un caso de diagnóstico temprano. Los niños que se diagnostican a una edad temprana tienen más posibilidades de sobrevivir. En este caso claramente un diagnóstico a tiempo evitó la metástasis. También evitó el crecimiento del tumor y consecuencias irreversibles.
Alejandro cumplirá 5 añitos en Marzo. Es un niño extremadamente cariñoso, aunque muy vergonzoso y amante de los animales. No recuerda nada del tratamiento de su enfermedad, pues fue diagnosticado con sólo 5 semanas de vida. Ocurrió por casualidad, pues pasó una revisión rutinaria de recién nacidos, consistente en una ecografía de abdomen, caderas y cabeza en la clínica Quirón de Pozuelo. Si no se hubiera realizado esta revisión rutinaria en este hospital, es posible que hubieran pasado meses o años
hasta que hubieran aparecido los primeros síntomas.
Alejandro tenía un tumor de 5 centímetros que rodeaba su columna, amenazando comprimir sus vértebras y pudiendo comprometer en el futuro su movilidad. Tras la ecografía que evidenció la masa en su abdomen
quedó hospitalizado durante una semana donde se le realizaron analíticas, resonancia y biopsia. Como la detección fue precoz, se diagnosticó estadío 1. No fue necesaria la quimioterapia.
La cirugía
La cirugía se tuvo que planificar rápidamente. Tras recibir la noticia de que la compañía aseguradora no cubría la operación por estar en período de carencia, el paciente fue derivado al Hopital Montepríncipe. Allí fue tratado por la doctora Blanca López Ibor, que inmediatamente recomendó la cirugía en el Hospital Universitario La Paz, con el doctor Leopoldo Martínez, que forma parte del Comité Médico Científico de la Fundación Neuroblastoma. Era un caso complicado en un bebé tan pequeño, pero Alejandro se recuperó en 10 días tras pasar por la UCI y recibir varias transfusiones.
A los tres meses de la cirugía, se le realizó una resonancia. Al encontrar un resto del tumor, fue necesaria una segunda cirugía, de la que se recuperó más rápidamente.
Como veis, en este caso el tratamiento consistió fundamentalmente en dos operaciones quirúrgicas muy complicadas, que han tenido como consecuencia una leve cojera en la pierna izquierda, que será necesario vigilar mientras crezca. Necesita deporte para fortalecer su musculatura en las piernas, sobre todo natación. Este deporte le encanta y ya está pensando en formar parte del Club de Natación de la Villa de Torrijos, el pueblo de Toledo en el que vive. También ha comenzado a entrenarse para participar en carreras de canicross junto a su perrita Bella.
Ahora sólo necesita revisiones
Alejandro tuvo revisiones de sangre ,orina y ecografía mensuales durante dos años, además de realizarle cada tres meses una gammagrafía. Actualmente sólo necesita una revisión anual en el departamento de oncología del Hospital La Paz. Aunque aún es pequeño para entender todo lo ocurrido, Alejandro sabe que estuvo “malito” así que las visitas al hospital las hace muy fáciles. Está convencido que cada pinchazo y cada prueba le sirve para que sus músculos crezcan y llegue a convertirse en “HULK”. Cuando va al hospital juega con los niños que llevan mascarilla o no tienen pelo, pero nunca pregunta por su aspecto.
Afortunadamente no recordará los días de hospital ni el duro trance de las operaciones. Sus padres seguro que no lo olvidan, mientras esperan que se vayan espaciando las revisiones y controlan la evolución de su pierna. Están muy agradecidos a la revisión neonatal rutinaria, que detectó el tumor en una prueba de imagen. Sin esta prueba, los médicos habrían tardado mucho tiempo en detectar la enfermedad una vez aparecidos los síntomas y la habrían diagnosticado mucho más avanzada. Seguramente los tratamientos y sus consecuencias habrían sido muy diferentes.
A Alejandro le podéis ver en los eventos de Madrid de la Fundación Neuroblastoma con su hermano Leo, de dos años y medio. Sus padres y sus tíos colaboran con esta entidad como voluntarios en los eventos. La enfermedad de Alejandro les ha unido a la Fundación Neuroblastoma. Su familia y amigos colaboran para conseguir fondos para la investigación siempre que sus trabajos se lo permiten.
Esperamos que Alejandro, a pesar de haber pasado por tener neuroblastoma, pueda llevar una vida totalmente normal y siga tan bien como hasta ahora. Seguro que los superpoderes que le inyectan en cada revisión le convierten en un gran deportista.